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Giselle Davis, antropóloga de la Universidad de Talca:

“El femicidio se sigue viendo dentro de la emocionalidad íntima, mientras siga así no lo vamos a asumir como un problema público”

  • Miércoles 21 de octubre de 2020
  • 15:52 hrs
  • Autor: Wendy Lucena
(Foto: Bárbara Ramos)

(Foto: Bárbara Ramos)

El Maule registra dos casos de femicidios consumados y tres femicidios frustrados en lo que va de año, según el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género.

Los casos de violencia contra la mujer y femicidio, son casi a diario noticia en el país. Una realidad que se repite en la Región del Maule.

Hace meses atrás, la región se estremeció por el femicidio de Norma Vásquez (20), joven carabinera asesinada a manos de su ex pareja en Linares, perpetrado a mediados de agosto.

Tiempo atrás, a principios de junio,  Ruth Victoria Gallardo Gutiérrez (25) fue asesinada a manos de su ex pareja, un hombre de 45 años, quien la apuñaló en su vivienda en Constitución.

El Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género registra ambos casos, como femicidios consumados en el Maule en lo que va del 2020, pero éstos no serían los únicos hechos violentos contra mujeres en la región.

Hasta la fecha, también se registran tres casos de femicidios frustrados en la región: Un caso en Talca en mayo pasado, otro caso en San Javier ocurrido en Agosto y, un tercero reportado en octubre en Curicó.

Las denuncias sobre violencia contra la mujer, también presentan cifras alarmantes. La Policía de Investigaciones registró 45 denuncias solo entre el 4 marzo al 31 de agosto del 2020.

Los casos comprenden amenazas, lesiones leves, lesiones graves, maltrato habitual, daño psicológico.

El femicidio y la violencia como un “problema público”

El debate sobre el abordaje y la prevención de la violencia contra la mujer se ha incrementado en los últimos tiempos, pero sin duda hay un largo camino por recorrer. 

Para Giselle Davis, antropóloga de la Universidad de Talca, el punto inicial para la violencia y el femicidio, es que debe ser tratado como un problema público.

“El femicidio se sigue viendo dentro de la emocionalidad íntima, pese a que lo publicamos en los diarios, a que hacemos leyes, seguimos viendo que es un “problema de pareja” de este hombre malo frente a la mujer. Y mientras sigamos viéndolo así no lo vamos a asumir como un  problema público”, explica.

Si se ve más allá, de la culpabilidad del victimario, la antropología muestra el concepto del “mandato social”, donde históricamente el hombre tiene un rol sobre la mujer.


“Hay que entender que en 1950 se justificaba sociológica y jurídicamente que un hombre matara a una mujer si le era infiel. Y si consideramos que los cambios culturales necesitan cientos y miles de años, podríamos decir que eso fue ayer”, continúa.

Como un aspecto indispensable, explica que como sociedad se debe revalorizar el concepto de propiedad, pues para muchos tener o poseer es sinónimo de éxito, y tal concepto no solo pasa por bienes o servicios, sino también incluso por ver a la mujer como un objeto. 

“Si tu ves los vídeos de los reguetoneros se ve el rol de la mujer como objeto de los hombres”, enfatiza.

¿Cómo se pueden hacer cambios en la sociedad?

La enseñanza es la estrategia principal para iniciar cambios sociales. “Primero está la educación, la base de un cambio  cultural de mentalidad respecto a la valorización, trabajar en un proyecto de sociedad que integre estas dicotomías e inequidades respecto a los roles de género”, asegura.

“Cuando vinieron a instalarse las universidades a la región vienen a apoyar a una nueva clase media que recién empieza con la primera generación de mujeres que acceden a la universidad. En esas condiciones sociodemográficas de capital social y cultural se implanta el feminismo y se empieza a hacer cada vez más visible”, explica.

Tras fortalecer la educación, “hay que hacer cambios en las estructuras, como los cuoteos ayudar a que las mujeres logremos estar en condiciones similares a los varones, porque estructuralmente estamos en desventaja”, agrega.

Y como tercero, pero no menos importante, es la ejecución de de medidas preventivas para las mujeres, que permitan hacer efectivo sus derechos.

“En principio Chile y muchos países velamos por la equidad y derechos de las mujeres, pero no tenemos los dispositivos que garanticen que la mujer pueda hacer efectivo el derecho. Tenemos el derecho, en  teoría y no las condiciones concretas de posibilidad de poder salir de estos círculos de violencia que finalmente terminan en femicidio”, finaliza.